jueves, 8 de septiembre de 2016

Claudia Lars escritora polifacética

Por Luisa Loida Torres Quintanilla 

 Carmen Brannon, cuyo pseudónimo era Claudia Lars,” la mágica poetisa de nuestra Patria grande” como la llamara Salomón de la Selva, quien quedó prendado no solo por la belleza de la escritora, cuando la vio en un tren que de Zacatecoluca se dirigía a la Unión, en 1919, sino por el acervo intelectual que esta mujer de escasos 20 años poseía.   A su edad ya conocía las nuevas formas de la métrica y había leído a Lorca, a Shakespeare, a Dante de Alighieri entre otros, y por recomendación del propio Salomón de la Selva, leyó los clásicos del Siglo de oro español, Quevedo, Góngora, los Místicos y a los poetas de la Generación del 27, cuyo contexto era la guerra civil española.   Es notable su periplo literario que le otorgó a la matrona de las letras salvadoreñas, esa inspiración que hizo surgir “Estrellas en el pozo” libro a su vez admirado, por la premio Nobel de literatura Lucinda Godoy, conocida como Gabriela Mistral. En esta producción la insigne escritora, presentó reflexiones sobre la vida, la muerte y el destino del hombre, y para ello eligió el soneto como forma de la métrica clásica, el cual trabajó con magistral presteza, y donde evidenció su aprendizaje de los maestros Quevedo y Góngora.
Dos sonetos a un místico.
 Amor que se cruzó por mi camino
y me encontró en la sombra, abandonada.
Amor que fuera luz en la callada
y sombría espesura del destino.
 Esencia de lo noble y de lo fino:
le sorprendí brillando en su mirada.
Mas no quiso hacer caso a mi llamada
y transformó lo humano en lo divino.
 Yo me quedé con la esperanza rota.
¡Corazón que me sangra gota a gota
siempre que pongo mi ilusión en algo!
 ¿Por qué tan fuerte ante la vida fuerte?
¿Es que miedo a la vida le tuviste,
amor que no supiste lo que valgo?
 Continuando con el recorrido literario de Lars, es preciso decir en este momento que ella, alcanza la madurez con el poemario donde llegan los pasos y donde a su vez hace uso del verso libre como en el ejemplo que sigue y donde ella ha combinado versos de arte mayor y de arte menor.
En el espejo se perdió la niña de antes,
Con sus siete caminos primaverales
Y una estrella de lágrimas en el corazón.
 El espejo come rostros
Y el tiempo.
Hoy parece en su cristal una mujer entristecida. 
Quizá también la muerte,
Pero a la muerte… ¿Quién la ve? …
 En este poema autobiográfico, ella por medio de la metáfora y la imagen, da la expresividad que permite proyectar su ser intrínseco de una mujer madura.
 Está claro que Donde llegan los pasos, Lars se ubica como una poetisa post contemporánea, donde busca lo innovador, con ello, rompe con lo tradicional, ya acá ella se despoja de lo anterior que manejó, como lo dije ya antes, con presteza.   Siempre estuvo despierta a buscar nuevos modelos, que le servían de inspiración, como el premio Nobel de Literatura, Yasunari Kawabata, primer japonés en ganarlo en 1968.
 En medio de estos años
-oscuros en todas partes-
Y del palabrerío casi babélico de algunos escritores
Me llega la blancura de tu país de nieves
Y el rito incomparable de una Geisha
Que sirve té con ademanes sostenidos
Por siglos y siglos necesaria
Invasión
Encuentro abejas de ojos poderosos
Y corto tierno juncos
Mojados por la lluvia […]
 A Lars le atrajo como el néctar a la abeja, las innovaciones de este nobel y hasta le dedicó un poema.
Pero el legado más significativo de Claudia Lars es Cartas escritas cuando crece la noche
 Pude haber vivido cerca de ti
Suavemente
Y encender tu lámpara y sentarme
En el ancho sillón oloroso a tiempo. 
 Pude cortar una rosa
Y ponerla en tu escritorio
O bordar a media tarde
Un enjardinado mantel
 Ocurrió lo contrario:
Lejos anduve y sola
-tremendamente sola-
Porque no quisiste acompañarme […]
 Con cartas escritas cuando crece la noche, nos damos cuenta que ella vivió plenamente, se realizó y descubrió su propia esencia que desbordó en su pasión creadora, que le mantuvo atenta a todas las innovaciones poéticas.
 En conclusión, puedo decir que, Lars fue la escritora polifacética, que impresionó con la palabra hecha verso y que a su vez fue capaz de aprender no solo de su entorno presente e histórico, lo que no deja duda y lo demostró con el tema desmitificador de retrato a don Pedro de Alvarado, hizo caer un mito, un hombre hecho dios, a quien la vida le cobró su mal llamada hazaña.
 Brannon, supo combinar lo tradicional en tema de poesía, pero siempre buscó las innovaciones, que le llevaron a ser una escritora integral que usó el verso libre, como una forma nueva de expresar diversos temas.   Una nueva propuesta que le llevó a trascender de los cánones tradicionales.
 Finalmente, y recapitulando, puedo decir que el contexto y la biografía de un autor o autora, es esencial para la correcta exégesis del texto literario.  Caso contrario estaría sacando un texto fuera de contexto y formando un pretexto.    
 Bibliografía:
poesía última de Claudia Lars, por Matilde Elena López.

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